La serie La Peste. realizada por Alberto Rodríguez y Rafael Cobos, está siendo todo un acontecimiento social en la ciudad. El gran trabajo de los responsables de la exitosa película La Isla Mínima para reflejar la Sevilla de aquella época no ha pasado desapercibido por críticos, historiadores, sevillanos y seguidores de la serie. Lo podemos ver en las secuencias gracias a la caracterización, vestuario y técnicas audiovisuales como la postproducción pero… ¿Cómo era Sevilla en La Peste?
Sevilla en La Peste
Aunque la gran epidemia de la peste en Sevilla se dio en 1649, acabando con 60 mil personas (la mitad de la población), los realizadores decidieron situar los hechos en el siglo anterior «por razones dramáticas«. Sevilla llega al final del siglo XVI como capital del mundo, es su época de máximo esplendor. La riqueza de América y la cultura de Europa confluyen en una ciudad con grandes ventajas.
Sevilla en La Peste era una gran urbe gracias a las posibilidades que daba el Guadalquivir, a la muralla que la protegía y sobre todo al monopolio de comercio con el Nuevo Mundo. Además de la normativa que regularizaba que esto fuese así, el Puerto de Sevilla era el destino ideal de las embarcaciones para evitar, en la medida de lo posible, el ataque de piratas y turcos por el Mediterráneo.
edificios de Sevilla en La Peste
Durante esta época se construyeron monumentos y edificios que hoy son símbolos de Sevilla y siguen impresionando a sevillanos y visitantes. Según narra el historiador y periodista Adrián Yánez en su blog, la Giralda adquirió su aspecto actual en esa época para completar la Catedral, se edificó el Ayuntamiento y se inauguraron o reformaron multitud de palacios y conventos.
También en el siglo XVI se crea la Alameda de Hércules y se construyen el Archivo de Indias, entonces centro de negocios, y el Hospital de las Cinco Llagas, hoy el Parlamento Andaluz. Toda una inversión majestuosa en contraposición a la vida del pueblo sevillano.
La epidemia de Peste
La Peste es una enfermedad que la humanidad lleva siglos sufriendo cuando llega la gran epidemia en Sevilla. Tanto es así que tres siglos antes, la proliferación del contagio había acabado con un cuarto de la población mundial y hasta la mitad de la europea.
La falta de higiene personal parece ser el motivo probado de la expansión de epidemias como la Peste. El contagio se producía por el paso de pulgas de unos cuerpos a otros. El aire, el agua o las ratas fueron considerados culpables, aunque sin ninguna constancia de ello. De ahí la promoción actual de la serie, colocando ratas doradas por Sevilla.
Fiebre, inflamaciones y hemorragias internas que dejaban marca en la piel eran los síntomas que anunciaban la desdicha. Un gran problema eran los remedios que se aplicaban. Rituales, sacrificios de animales y prácticas médicas inservibles no aportaban ninguna solución.
vida en la Sevilla de La Peste
Como todas las demás, Sevilla en La Peste es una ciudad formada por clases de muy distinto rango y estilo de vida. Hay clero, nobleza, un pueblo llano muy pobre y unas minorías defenestradas y arrinconadas como judíos o moriscos.
Dentro de la clase trabajadora, empiezan a crearse y regularizarse gremios para cada oficio, alcanzando a veces un estatus superior a la clases más bajas. Pero la pobreza hace que afloren la delincuencia, la mancebía (prostitución), el hambre y la insalubridad que sumió a la Sevilla llana en la más absoluta oscuridad que se refleja en la serie.
Comer en Sevilla en La Peste
La promoción de la serie ha hecho mucho hincapié también en la gastronomía de la época. De hecho tienen una web con vídeos para aprender recetas cocinando con sus protagonistas. Junto al cocinero y participante de Masterchef Daniel del Toro, Paco León, Patricia López, Cecilia Gómez o Manolo Solo, elaboran platos como potaje de atún, empanadillas de manitas de cerdo, sopa de perdices o torta de orejones.
El pan era el producto principal en la dieta de Sevilla en La Peste. Las verduras, frutas, legumbres y queso eran los alimentos más comunes entre la población pobre de Sevilla.
La carne de vaca, carnero o caza estaba reservada a las clases más pudientes y se distribuía desde las Carnicerías Reales que se situaban en el actual barrio de La Alfalfa.
Aunque el pescado en España no era muy popular, en Sevilla sí que se consumía de forma habitual. Fresco, ahumado o en salazón, del mar provenían bacalao, sardinas y salmonetes. El barbo y el esturión eran los peces más comunes capturados en el Guadalquivir para el consumo.
Gracias al tránsito de expediciones al Nuevo Mundo, productos como patatas, tomates, pimientos, pìña o chocolate también empezaron a formar parte de la dieta sevillana del siglo XVI.
Bares en la Sevilla de La Peste
Hoy la gastronomía sevillana y su hostelería es reconocida en el mundo entero. Ya en la Sevilla de la Peste había tabernas por toda la ciudad aunque la mayor confluencia de éstas estaba en el barrio del Arenal, hoy también zona de referencia gastronómica.
El Arenal eran los alrededores del puerto, de forma que los navegantes a la espera de embarcar tenían a la vez un pasatiempo y una fonda donde realizar las comidas que podían permitirse.
Los bares de La Peste no eran como hoy, aunque no faltaba el vino, la comida y los refrescos bien fríos. La cocina, que solía estar en el centro del local, era rodeada por bancos de cantina para los visitantes. Cada local tenía ya un rótulo en la fachada que lo identificaba con el nombre o emblema del tabernero.
Curioso es que había una normativa que obligaba a estos taberneros a servir aceite, vinagre y sal con la comida y que esto fuese incluido en el precio. En cuanto a la bebida, el vino (aguado), el antecesor de la sangría llamado hipocrás (vino con miel, especias o fruta) y el refresco de la época, el aloja ( agua, miel y canela) eran las más comunes.
Después de ver cómo era… ¿te gustaría saber más de la Sevilla de La Peste? Puedes seguir la serie para ver en imágenes todo esto que te contamos…