Maridaje de Otoño con sabor sevillano

El otoño ha llegado a Sevilla y tiene un encanto especial: las temperaturas se suavizan, las calles se llenan de colores cálidos y la gastronomía andaluza se viste con productos de temporada que invitan a disfrutar de experiencias más pausadas. Es el momento perfecto para redescubrir el arte del maridaje: vinos, cervezas artesanas y platos que, juntos, ofrecen un viaje sensorial único.

El otoño ha llegado a Sevilla, y con él, esa luz dorada que acaricia los naranjos, el aroma a tierra húmeda tras las primeras lluvias y una brisa que invita a disfrutar sin prisa. Es la estación perfecta para redescubrir los sabores más cálidos y envolventes de la cocina andaluza, en un maridaje que celebra la transición entre el verano vibrante y el invierno sereno.

Vinos tintos jóvenes de la Sierra Norte de Sevilla, con sus notas a frutos rojos y madera ligera, maridan a la perfección con quesos curados de cabra y chacinas ibéricas de la Sierra Morena, que aportan carácter y profundidad.

Para quienes prefieren los blancos, un blanco seco del Aljarafe, elaborado con uvas zalema o palomino, resulta ideal para acompañar platos de setas o pescados de temporada.

Guisos con historia

En otoño, los fogones sevillanos se llenan de aromas a puchero, a carrillada estofada y a calabaza asada. Un rabo de toro al vino tinto, cocinado lentamente, se convierte en el protagonista perfecto para una velada otoñal. Su sabor intenso y meloso pide a gritos un maridaje con un tinto crianza de Montilla-Moriles o un Tempranillo de Cádiz, que equilibra la untuosidad del guiso con su acidez suave.

Los tesoros del monte

La llegada de las lluvias trae consigo las setas de la Sierra de Aracena: níscalos, boletus y gurumelos. Salteadas con ajo y perejil, o incorporadas a un risotto con queso payoyo, se convierten en un homenaje al bosque. Para acompañarlas, un vino blanco afrutado con paso por barrica crea un contraste elegante entre lo terroso y lo floral.

El mosto: primer brindis de la temporada

Pocos rituales tan sevillanos como el de ir “a tomar mosto”. Desde finales de octubre hasta bien entrado diciembre, los mostos del Aljarafe corren por las tabernas de Umbrete, Espartinas o Bollullos de la Mitación. El vino nuevo, joven y turbio, se sirve frío y se acompaña con un buen plato de aceitunas prietas, un trozo de bacalao con tomate o unas migas con chorizo.

Ese mosto es el primer maridaje del otoño sevillano. 

El final dulce

Cuando el cuerpo pide un final dulce, Sevilla responde con su repostería tradicional. En otoño vuelven los dulces de convento, los borrachuelos, las tortas de aceite y las torrijas de mosto, que algunos conventos elaboran solo en esta época.

Pero el auténtico sabor del otoño sevillano llega con el membrillo casero, servido con un trozo de queso fresco de cabra y un chorrito de miel de azahar. Es el momento ideal para sacar un Pedro Ximénez o un vino de pasas de Chipiona, denso, dulce, con aromas a dátil y caramelo. Un brindis que sabe a hogar.

Un brindis sevillano

En una terraza en la calle Mateos Gago, con la Giralda de fondo de escenario y el cielo anaranjado del atardecer, este maridaje se convierte en más que una experiencia gastronómica: es un encuentro con la esencia del otoño en Sevilla, donde cada sorbo y cada plato cuentan una historia de tradición, tierra y tiempo.

Y para terminar, te proponemos una serie de bares céntricos donde probar tu maridaje de otoño. Vinos y platos sevillanos para este otoño.

Bar Pelayo

Donaire

Taberna Belmonte

Cervecería Giralda

Bar Estrella

Casa Pepe Hillo